Se acerca el final de curso y desde este apartado y estas líneas quisiera trasmitiros ánimo para todos.
En este tiempo, los alumnos, sobre todo los de Secundaria, ultiman sus tareas y algunos (demasiados bajo mi punto de vista) tratan de hacer lo que deberían haber empezado a hacer meses atrás: estudiar de manera responsable. Las familias, que siempre debe jugar un papel determinante, en esta época del curso puede encontrarse en medio de situaciones que pueden desbordar su tiempo, su paciencia, su voluntad de ayudar/orientar a sus hijos, sobre todo en aquellos casos en los que las cosas académicas no van del todo bien.
No trato de decir lo que hay que hacer, ni plantear temas de técnicas de estudio o de organización que ayuden a mejorar el rendimiento y la relación padres/hijos. Os planteo, sobre todo, algunas orientaciones de tipo afectivo que pueden contribuir a que este curso tenga un final feliz. No son exclusivas de esta época del año, pero pueden ser útiles.
Podemos ayudar a nuestros hijos:
• Procurando que descanse el tiempo necesario.
• Aconsejándole una buena organización y planificación del tiempo de estudio.
• Ofreciéndole su colaboración, pero sin suplantar su trabajo.
• Creando un clima afectivo y motivador.
• Elogiando sus éxitos y sus logros.
• Valorando positivamente sus esfuerzos y cualidades.
• Aceptando incondicionalmente sus limitaciones y defectos.
• No ocultando información que deba conocer el tutor, por dolorosa que sea.
• Tratando a cada hijo según su modo de ser.
• No comparando nunca los éxitos o fracasos de un hijo con los éxitos o fracasos de otros miembros de la
familia.
• Proponiéndole metas y esfuerzos posibles y realistas.
• Preocupándose de el como persona, no solo como estudiante.
• Criticando o corrigiendo los errores de su hijo, pero nunca su persona.
• Evitando proyectar sobre su hijo sus propios temores o ansiedades.
• No queriendo compensar sus fracasos con los éxitos de su hijo.
• Teniendo una visión positiva de la vida, de las personas, de su hijo.
• Quitando hierro a los problemas personales o familiares.
• Orientándole, nunca imponiéndole, en cada una de las opciones que su hijo tendrá que hacer a lo largo
de su vida académica.
• Respetando las decisiones que tome su hijo después de haberles consultado.
• Valorando, ante todo y por encima de todo, LA FELICIDAD DE SU HIJO.
• …………………….
¿Cuántas más podemos añadir? Cada uno de vosotros puede contextualizar su caso personal y decidir qué sobra, qué falta y cómo pueden aplicarse. No es fácil. En educación nada es fácil y las "recetas" o "fórmulas mágicas" no existen. Nuestra formación, nuestra experiencia personal y profesional, nuestros intereses y motivaciones, nuestras realidades y nuestros sueños, nuestros porqués, nuestras creencias, nuestra fe, ….. están con nosotros y van orientado nuestro tarea de padres y educadores. No olvidemos que la responsabilidad de la educación de nuestros hijos es nuestra, es de la familia.
Feliz fin de curso para todos. Un saludo
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