La vida familiar, como sucede en el resto de la sociedad, se encuentra inmersa en un profundo proceso de cambio que afecta a todas sus dimensiones.
Hemos pasado de la tradicional familia extensa formada por abuelos, padres, hijos, tíos y primos, a la familia nuclear, que está compuesta sólo por la pareja y sus hijos. Donde además el hombre ha dejado de ser el único miembro que aporta ingresos a la unidad familiar.
Se producen nuevas formas de familia: las familias monoparentales, familias reconstruidas, familias adoptivas, familias formadas por personas del mismos sexo, familias dirigidas por abuelos, o donde los abuelos llevan el peso de la educación de sus nietos porque el padre y la madre trabajan, etc. Por otro lado el papel tradicional de la familia como transmisor de valores ha sido sustituido en parte por la Televisión y los medios de comunicación en general.
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